Las enanas blancas son estrellas
calientes y pequeñas, generalmente como del tamaño de la Tierra, por lo que su
luminosidad es muy baja. Se cree que las enanas blancas son los residuos
presentes en el centro de las nebulosas planetarias. Dicho de otra manera, las
enanas blancas son el núcleo de las estrellas de baja masa que quedan después
de que la envoltura se ha convertido en una nebulosa planetaria.
El núcleo de una enana blanca
consiste de material de electrones degenerados. Sin la posibilidad de tener
nuevas reacciones nucleares, y probablemente después de haber perdido sus capas
externas debido al viento solar y la expulsión de una nebulosa planetaria, la
enana blanca se contrae debido a la fuerza de gravedad. La contracción hace que
la densidad en el núcleo aumente hasta que se den las condiciones necesarias
para tener un material de electrones degenerados. Este material genera presión
de degeneración, el cual contrarresta la contracción gravitacional.
Al ser estudiadas más a fondo las
propiedades de las enanas blancas se encontró que al aumentar su masa, su radio
disminuye. A partir de esto es que se encuentra que hay un límite superior para
la masa de una enana blanca, el cual se encuentra alrededor de 1.4 masas
solares (MS). Si la masa es superior a 1.4 MS la presión de degeneración del
núcleo no es suficiente para detener la contracción gravitacional. Este se
llama el límite de Chandrasekhar (Ver: Supernovas →Explosión de una Supernova).
Debido a la existencia de este
límite es que las estrellas de entre 1.4 MS y 11 MS deben perder masa para
poder convertirse en enanas blancas. Ya explicamos que dos medios de pérdida de
masa son los vientos estelares y la expulsión de nebulosas planetarias.
Después de que una estrella se ha
convertido en enana blanca, lo más probable es que su destino sea enfriarse y
perder brillo. Debido a que las enanas blancas tienen una baja luminosidad,
pierden energía lentamente, por lo que pueden permanecer en esta etapa en el
orden de años. Una vez que se enfrían,
se vuelven rocas que se quedan vagando por el Universo. Este es el triste
destino de nuestro Sol.
La detección de enanas blancas es
difícil, ya que son objetos con un brillo muy débil. Por otro lado, hay ciertas
diferencias en las enanas blancas según su masa. Las enanas blancas menos
masivas sólo alcanzan a quemar hidrógeno en helio. Es decir, el núcleo de la
estrella nunca se comprime lo suficiente como para alcanzar la temperatura
necesaria para quemar helio en carbono. Las enanas blancas más masivas sí
llevan a cabo reacciones nucleares de elementos más pesados, es decir, en su
núcleo podemos encontrar carbono y oxígeno.